El término sostenibilidad se ha convertido en uno de los más mencionados en este último siglo. No solo por el cambio climático y las preocupaciones mundiales frente a la supervivencia humana, sino también por cómo aplicarlo a cada ámbito de nuestra vida.
El sector empresarial no es la excepción y desde diferentes industrias este tema se ha ido incorporando a las organizaciones y su operación, pero, ¿qué significa ser sostenible en el mundo empresarial actual?
Pues, conscientes de los desafíos ambientales y sociales, la sostenibilidad ha dejado de ser un simple concepto ético para convertirse en un pilar fundamental en la estrategia empresarial. Esto, debido a que las empresas están reconociendo que integrar prácticas sostenibles en sus operaciones no solo es necesario para cumplir con las expectativas regulatorias y de los consumidores, sino que también puede ofrecer ventajas competitivas significativas.
Las siguientes son áreas que abarcan el significado de sostenibilidad en el contexto empresarial actual y su creciente importancia:
1. Responsabilidad ambiental: más allá del cumplimiento regulatorio
2. Sostenibilidad social: impacto en la comunidad y la fuerza laboral
3. Economía circular: redefiniendo el valor de los recursos
4. Transparencia y responsabilidad: un requisito del mercado
5. Inversión en innovación y competitividad: el futuro de la sostenibilidad
Revisemos un poco de qué se trata cada uno de estos aspectos y cuál es el impacto real de estos temas:
1. Responsabilidad ambiental: más allá del cumplimiento regulatorio
Un estudio de Statista (2024) revela que el mercado global de tecnologías limpias alcanzará un valor de 1,4 billones de dólares para 2026, con un crecimiento anual compuesto del 20%. Esto resalta cómo las inversiones en tecnología verde están en aumento y cómo la transición hacia prácticas más limpias es ahora una estrategia clave para la innovación y la reducción de costos operativos.
Se evidencia, así, que la Responsabilidad ambiental es una decisión que va más allá del cumplimiento regulatorio e incluso se tiene ahora en cuenta con temas de reputación y hasta como un punto a favor en índices empresariales y agencias de calificación de riesgos.
Justamente, según un informe de McKinsey & Company (2023), el 70% de las empresas globales están implementando estrategias de sostenibilidad para reducir su huella de carbono y muchas tienen como objetivo alcanzar la neutralidad de carbono. Por ejemplo, en cuanto a esto, un 40% de las empresas del índice S&P 500 ya han establecido metas de reducción de emisiones.
2. Sostenibilidad social: impacto en la comunidad y la fuerza laboral
Lo social sin duda va de la mano de lo ambiental y el término sostenibilidad dibuja un lazo irrompible entre ambos conceptos. Un informe de McKinsey destaca que las empresas que promueven la igualdad de género tienen un 21% más de probabilidad de experimentar una rentabilidad superior al nivel promedio de su industria. Este dato demuestra que las prácticas sociales sostenibles no solo son éticas, sino que también pueden generar un impacto positivo en los resultados financieros.
Además, la sostenibilidad social implica garantizar condiciones laborales justas y contribuir positivamente a las comunidades locales, políticas que en los últimos años responden no solo a la demanda de los consumidores por prácticas más justas, sino que también mejoran el desempeño y la retención de empleados.
3. Economía circular: redefiniendo el valor de los recursos
¿Quién no ha escuchado de la importancia de reciclar, recuperar o reutilizar? bueno, estos son temas clave en el concepto de sostenibilidad y de economía circular, el cual ha estado ganando terreno como un modelo de negocio no convencional en donde se le da prioridad a reducir la necesidad de recursos vírgenes y disminuir los desechos.
El Informe Global sobre Economía Circular indica que las empresas que implementan estos principios pueden reducir sus costos operativos en hasta un 30% al optimizar el uso de materiales y energía.
4. Transparencia y responsabilidad: un requisito del mercado
Los consumidores y los inversionistas están cada vez más interesados en la transparencia empresarial y eso lo comprueban estudios como el de Edelman (2024), en donde se muestra que el 73% de los consumidores globales prefieren comprar productos y servicios de empresas que demuestran un fuerte compromiso con la sostenibilidad. Además, el 64% de los inversores considera que las empresas con buenas prácticas de sostenibilidad tienen un menor riesgo financiero y un mayor potencial de crecimiento.
5. Inversión en innovación y competitividad: el futuro de la sostenibilidad
De acuerdo con el Informe de Innovación en Sostenibilidad de PwC (2024), el 52% de las empresas líderes en sostenibilidad informan que han lanzado nuevos productos o servicios como resultado de sus iniciativas sostenibles. Dichas innovaciones, no solo responden a las expectativas de los consumidores, sino que también fortalecen la posición competitiva de las empresas, por lo cual, cada vez se tiene más en cuenta este factor en la planificación empresarial y operativa.
Aunque este tema tiene demasiada tela por cortar y cada día aparecen muchos más datos, iniciativas y proyectos al respecto, lo que sí queda claro es que la sostenibilidad impulsa la innovación y actualmente es mucho más que una tendencia, pues se ha convertido en una estrategia crucial para el éxito a largo plazo, resultando beneficioso tanto para el planeta, las personas, como para las mejoras en el rendimiento financiero en un entorno empresarial en constante evolución.