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Migrar a la nube, conozca de qué se trata y las etapas para llevarlo a cabo

En la actualidad, el mundo se debate entre la existencia de lo físico y tangible, y lo digital. La economía, industrias y empresas, no son ajenas a este dilema y es allí que optimizar los recursos tecnológicos se ha convertido en una decisión estratégica para muchas organizaciones.

La migración de información a la nube hace parte de esta importante tendencia que muestra múltiples ventajas para la competitividad, la eficiencia y el crecimiento de las empresas, cuyas direcciones estratégicas analizan cada pro y contra de las alternativas, incluso con cierto temor y desconfianza.

Migrar a la nube implica entonces trasladar datos, aplicaciones y otros elementos de TI de una infraestructura física local a una plataforma de nube (cloud) mediante un proceso que se lleva a cabo en varias etapas.

No significa esto que lo físico desaparece, por el contrario, la nube funciona con base en recursos de TI (como servidores, almacenamiento, bases de datos y software) a través de internet, operados por proveedores de servicios que operan grandes centros de datos que los alojan y distribuyen a los usuarios según la demanda.

De esta forma, los usuarios acceden a estos recursos a través de interfaces web o APIs, pagando solo por lo que utilizan.

A continuación explicaremos cómo se desarrolla el proceso de migración de datos:

1. Evaluación y Planificación: como primer paso, se analizan las aplicaciones, datos y cargas de trabajo actuales para determinar cuáles son aptos para la nube. Después, se elige un proveedor de servicios en la nube teniendo en cuenta las necesidades específicas de la empresa y luego se elabora un plan detallado que incluye los objetivos de la migración, un cronograma previsto, los recursos necesarios y las etapas del proceso.

2. Preparación y Configuración: en la segunda etapa se prepara la infraestructura de red y se configuran las conexiones seguras entre el entorno local y la nube, para después crear las cuentas y configurar los servicios necesarios en la plataforma de nube elegida.

3. Migración de Datos: los datos se transfieren a la nube utilizando herramientas de migración proporcionadas por el proveedor de servicios. Esto puede implicar la transferencia en bloque (para grandes volúmenes de datos) o la migración en tiempo real. Una vez se da este paso, se verifica la integridad y exactitud de los datos en la nube.

4. Migración de Aplicaciones: como se dijo anteriormente, no solo se migran datos sino también las aplicaciones pueden necesitar ser modificadas o reestructuradas para funcionar de manera óptima en la nube. Esto puede requerir cambios en la arquitectura, el código o la configuración. En esta etapa adicionalmente se hacen pruebas de validación de las aplicaciones para asegurarse de que funcionan correctamente y cumplen con los requisitos de rendimiento.

5. Implementación y Optimización: finalmente, una vez que las pruebas son satisfactorias, las aplicaciones y datos se implementan en el entorno de producción en la nube, llevando a cabo un monitoreo de rendimiento y realizando ajustes para optimizar el uso de los recursos en la nube. Esto puede incluir la gestión de costos, el ajuste de la capacidad de procesamiento y el seguimiento a los niveles de la seguridad.

Hay que resaltar que son numerosos los beneficios de la migración a la nube y van desde la reducción de costos, una escalabilidad prácticamente ilimitada, hasta una mejora en la seguridad de la información, por lo que queda claro que es una herramienta fundamental para cualquier organización que busque mantenerse competitiva en el entorno digital actual. De estás ventajas hablaremos más profundamente en nuestro próximo artículo.

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