El concepto de fixed mindset (mentalidad fija por su traducción al español) y growth mindset (mentalidad de crecimiento por su traducción al español) fue desarrollado por la Dra. Carol Dweck en su libro Mindset: La Actitud del Exito. En este libro ella explica cómo la mentalidad fija está basada en las capacidades y habilidades que tiene una persona por naturaleza. Las personas que se destacan, basan sus logros en un don especial o un nivel intelectual superior. Son personas acostumbradas a sobresalir, destacar en algunas actividades y de alguna manera obtener resultados positivos en las áreas que se les facilitan.
Sin embargo, los intimida el fracaso, el ridículo y lo desconocido donde el éxito no está asegurado. Por el contrario, las personas con mentalidad de crecimiento, sobresalen por el esfuerzo continuo, el desarrollo de habilidades, superando sus puntos débiles y levantándose de fracasos y tropiezos.
Todos los seres humanos tenemos momentos en que actuamos bajo una mentalidad o la otra.
- ¿Qué pasa si aplicamos este concepto a las organizaciones?
- ¿Qué tipo de mentalidad fomentamos en nuestros colaboradores, la mentalidad de crecimiento o la mentalidad fija?
- ¿Contratamos personas sobresalientes por naturaleza en áreas específicas o personas con capacidad de aprender y crecer?
- ¿Premiamos a las personas que sobresalen frecuentemente o aquellas que crecen, aprenden, cometen errores y avanzan?
- ¿Castigamos duramente y bromeamos con los errores de los demás, castigando las fallas en su desempeño, o fomentamos el aprendizaje de la organización sobre los errores cometidos?
El afán de la eficiencia, la búsqueda de la excelencia y el exceso de procedimientos, ha convertido nuestras organizaciones en entidades de mentalidad fija.
Esta similitud es importante cuando hablamos de innovación, la cual no es un don natural, no es un talento, no está basada en un alto coeficiente intelectual.
La innovación se basa en un reto continuo, en ensayo y error permanente, en fracasos y pequeños logros, en una cultura de investigación y curiosidad donde el error es un paso y no un fracaso. Bajo esta óptica, ¿estamos facilitando en nuestras organizaciones una cultura de innovación? En el entorno actual, es más importante que nunca la innovación permanente; no como un departamento de la organización, sino como parte de la cultura de la empresa.
Por Luis Gonzalo Marin, CEO de MQA Américas